En este artículo, haremos una analogía en relación al
cómo observamos el mundo que nos rodea. Esta será realizada con la cooperación
de ustedes, imaginando los elementos que les voy presentando para que
comprenden mi perspectiva sobre este tema tan complejo, discutido en muchas
reuniones científicas a lo largo de la historia.
Si leyeron los artículos anteriores, entenderán que no
busco decir que esto es una verdad absoluta. Mas que eso, es una mirada que se
puede convertir en un aliado para ampliar tus aprendizajes.
Volviendo al tema, lo primero que necesito que
imaginen es un árbol con las características que ustedes quieran. Eres
totalmente libre de decidir su altura, grosor de la raíz y el tronco, tamaño de
la copa, etc. (tómate un tiempo breve para hacerlo).
Antes de seguir al siguiente punto, es pertinente
señalar que el árbol que creaste en tu mente es el reflejo de ti y lo que
vendrá ahora será de acuerdo a esta creación. Ojo, no existe algo bueno o malo,
solo es tu forma de ver el mundo, por lo que debes ser complemente honesto
contigo mismo.
De acuerdo a tu árbol, es hora de que coloques ese
árbol en un espacio amplio, rodeado de muchos más árboles, que representan el
árbol de las otras personas que comparten junto a ti, teniendo sus propias
características. Esto es cómo tú crees que los demás lo hubiesen creado.
Luego de que tu árbol se encuentra en un ambiente
compartido, es hora de pasar al siguiente paso, el cual es explicarte que este
es el árbol con el cual tú observarás el mundo que te rodea. Esto quiere decir
que eres libre de ver el mundo de acuerdo a la amplitud, altura, proximidad en
la que está con los demás árboles, etc.
Es importante que entendamos la importancia de que tu
percepción del mundo va a depender desde donde te paras en el árbol. Por
ejemplo, si decides observar desde una parte baja, esta observación estará
cargada de cualidades, como también de privaciones. Aquí es importante
distinguir que apertura y privación son dos aspectos que coexisten en un ámbito
cualquiera.
Otro aspecto en el que existe ambivalencia respecto al
cómo observas, se da en lo referido a la distancia que tienes respecto a lo
observado. Sé que suena un poco engorroso a primera impresión, pero es por eso
que usáremos un ejemplo para ir aclarando este punto: existen ocasiones en las
que te acercas para observar en mayor detalle lo que ocurre alrededor de tu
árbol. Con esta proximidad, nos daremos cuenta prontamente que observamos
aspectos de los que no teníamos conocimiento y enriquecen nuestra visión de
aquello que decidimos poner atención. Eso quiere decir que tenemos un mayor
conocimiento local de las cosas, ya que los detalles son aquellos que aparecen
en estas circunstancias. Sin embargo, corres el riesgo de perderte en los
detalles o ignorar el panorama general de lo que observas, aspecto igual de
crucial que el conocimiento específico, ya que es aquel que se asocia a lo
macro, lo grande, lo general.
Nuevamente tenemos dos aspectos contrarios que
coexisten en un solo objeto, cosa, situación o lo que sea que decidiste
observar.
Haciendo conclusiones sobre el árbol en el cual nos
paramos para observar el mundo, podemos decir que su utilidad no dependerá tanto
si el árbol es milenario o un árbol que está en su fase de maduración y del
cual no puedes ver desde tanta altura. Lo que importa realmente es tu capacidad
de adaptarte al contexto de aquello que tienes al frente, ya que existirán
ocasiones en los que tendrás que trepar mucho y subir un tanto para ver lo
general y encontrar en él aquello que buscas; otras veces es necesario ver
desde abajo y buscar las pistas que se encuentran en el ambiente próximo para
lograr cumplir tu objetivo y; existirán veces en que tendrás que dar un giro de
360° para ver con rapidez todo lo que te rodea y rescatar las ventajas que te
servirán para conocer tu entorno.
Las maneras en que nos ponemos a observar el mundo son
inconmensurables, ya que, como existen árboles, existen seres humanos,
demostrando nuevamente lo dinámico que son las perspectivas y puntos de vista.
La recomendación que puedo hacerles para incrementar
los aprendizajes usando esta manera de ver el mundo es que nos adaptemos a la
situación y a las variables asociadas a ello y poder atravesar los umbrales
necesarios para que nuestra comprensión y conocimiento sean mayor y el uso de
herramientas sea eficaz. También es necesario que sepan de que la forma en que
observan en su árbol va a condicionar su manera de comportarse y enfrentarse al
mundo. Es por eso, que cada persona es distinta en este sentido, ya que solo
uno puede ver el mundo desde ese ángulo, aunque eventualmente otra persona
invada tu árbol y decida observar desde él también.
De ahora en adelante es pertinente que te hagas la
pregunta ¿desde qué árbol estoy mirando el mundo?, y te acuerdes de este
artículo para llevarlo a cabo.
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