Este artículo nació en un páramo de mi vida donde vi
con particular decepción el antónimo del título de este postulado, lo que me
hizo cuestionar fuertemente nuestras acciones frente a cualquier situación o
labor que emprendemos. En el recorrido de mi vida, noto con preocupación la
baja motivación que las personas imbuyen a lo que hacen, todo porque argumentan
no ver resultados al primer intento, movidos por ese contagioso pensamiento de
inmediatez, como si todo fuera el equivalente a tomar una cuchara y llevársela
a la boca. Lo que muchas veces ignoramos, es que este acto que en apariencia resulta
ser sencillo, resultó ser complejo en algún momento de nuestra vida, solo que a
estas alturas no debemos recordarlo.
La simplicidad, eso que no nos cuesta ningún trabajo
realizar, como apretar el botón del control remoto para cambiar la televisión,
requiere de arduo trabajo, como también de la interconexión de una serie de
habilidades para lograr facilitarte esta acción.
Imaginemos que la persona que inventó el control
remoto hubiera dejado de lado su proyecto solo porque al primer intento, no
hubiera visto un resultado aparente a su labor. Es simple, no hubiese existido
esta comodidad de la que disfrutamos en esta época.
Nuestra época actual está invadida de este pensamiento
facilista, o la autodenominada “Ley del Mínimo Esfuerzo” que se propaga como un
peligroso virus en nuestra mente, que nos hace actuar simplemente de acuerdo al
resultado inmediato.
Cambiar esta mentalidad no es fácil, ya que requiere
del esfuerzo al que no has estado dispuesto a superar durante este tiempo. Por
ello, es que veremos los pasos que debemos seguir para lograrlo:
Eliminar el virus: piensa en que esta mentalidad merma cualquier posibilidad de lograr
algo más allá de lo que has logrado. Míralo como un mal que requiere eliminarse
y que tú puedes lograr mucho más si simplemente comienzas a agregar 1 más a lo
que sea que hagas, como puede ser subir 1 escalón más en vez hacerlo en
escalera mecánica, dedicarte a estudiar 1 minuto más al día para aprender las
materias que te enseña tu escuela o universidad según sea el caso, echarle 1
cucharada menos de azúcar al té o café para cuidar tu salud, etc., etc., etc.
El fracaso es nuestro amigo: decir esta frase, requiere de una explicación para
nuestros amantes de los resultados inmediatos, ya que hacemos un cortocircuito
en su manera de actuar, ya que conciben al fracaso como un producto al que
debemos desechar cruelmente, igual como lo haces con la basura.
Lo que ignoramos del fracaso, es el valioso
aprendizaje que oculta detrás de ese dolor que implica, ya que todos
pareciéramos olvidarnos que estamos sujetos a fallar y nos preocupamos
excesivamente de aquello aparente y no lo que se forja. Si miras al fracaso
como un descubrimiento, aprendizaje, aproximación o como tu forma de pensar lo
denomine, verás que aquello es simplemente una de las formas que no debes hacer
las cosas, que te acercas al camino, pero faltó un ingrediente, que quizás el
tiempo de ejecución era menor o mayor y así con todo lo que imagines. El
fracaso es un medio que te permite ajustar de mejor forma tus acciones y
ordenarlas secuencialmente para ir creando la estructura necesaria que sirve de
puente para lograr lo que te propones.
Supera tus límites: es una frase que en lo personal me encanta cada vez que la escucho o
la leo, porque implica el apogeo de esta filosofía que espero les sea de
utilidad, ya que implica una nueva manera de actuar y dejar de lado ciertas premisas
que parecen dogmas en muchos casos. Echaremos caña a los ejemplos para
explicarlo: cuando cocinas un plato, lo haces mediante la ejecución de pasos o
una guía mental si es algo que realizas durante un tiempo prolongado. Sigues
repitiendo los mismos pasos cada vez que te pones al frente de la cocina,
pensando cada vez lo delicioso que te queda ese plato. En esta parte caíste en
un dogma, ya que renunciaste a cualquier otra vía para llegar a lo deseado y
estableciste el límite de tu preparación. Entonces, en ese momento necesitas
modificar 1 aspecto de la preparación, pudiendo ser un ingrediente, una forma
de manipular el alimento, incluir algo, etc., provocando que superes esa manera
actual de hacerlo y llegar a nuevos caminos, hasta ahora inexplorados.
Sin embargo, este pensamiento solo se logra en todo su
esplendor cuando te encuentras en aprietos y necesitas actuar con los recursos
que tienes en la mano en ese momento, que son muy limitados. Es en ese momento
donde la creatividad hace su aparición, permitiendo que crees un nuevo camino.
Agregar 1 a cualquier cosa es una forma de ir variando
nuestras experiencias, entregándole una mayor riqueza a ellas, ya que las
variables involucradas interactúan con nuevos elementos, creando dinámicas que
nos permiten extender nuestros actuales horizontes y así llegar más lejos en
nuestras vidas, no limitando este pensamiento simplemente a una carrera
profesional, sino que, como lo dice el título, a cualquier cosa que te
imagines.
Es hora de intentarlo, no dudando que ya existen un
montón de personas que transitan estas vías cotidianamente, pero nosotros
también nos podemos acercar a esto si ponemos nuestra voluntad en ello.
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