Es muy probable que, en algún paraje de nuestras
vidas, hayamos escuchado frases como “es lógico”, “es de sentido común” o “eso
es obvio” cuando estamos frente a una situación que en apariencia tiene solo
una respuesta válida. Cuando hacemos esto, no estamos pensando en lo
perjudicial que resulta para nosotros, ya que transformamos la vida en algo
rígido, con respuestas predeterminadas, sin capacidad de cambio.
Primero que todo, nosotros vivimos en un mundo
complejo, plagado de situaciones en las que no dimensionamos todas las
variables inmersas en ella en el tiempo en que la situación tiene ocurrencia.
Las personas, invocamos al sentido común cuando una
variable cumple un patrón repetitivo, que es comprobado por muchas personas
además de nosotros, otorgando una especie de validez universal, la cual se
replica mediante la transmisión de idea gracias al lenguaje. Sin embargo, hay
algo clave que debemos considerar para ver que esta manera de pensar o actuar
bloquea nuestra capacidad de aprender y potenciar nuestra curiosidad, compañero
importante de aventuras a lo largo de nuestras vidas. Esto corresponde a lo que
llamamos patrón, el cual implica una secuencia, que pueden ser sucesos,
acciones, palabras o lo que pensemos sobre el asunto. Los patrones son muy útiles
en nuestras vidas, ya que nos sirven para clasificar diversas variables que nos
permiten ordenar nuestras ideas, lo cual es una catapulta para pulir a diario
nuestro repertorio de habilidades.
Puede que nos resulte beneficioso a primera impresión
el hecho de dar por sentadas las cosas con el propósito de ahorrar tiempo en
analizar algo que ya hemos realizado en diversas ocasiones y todas llegan al
mismo resultado, pero no siempre es así, ya que lleva aparejadas muchas
desventajas que son igual de importantes. Son estas las que vamos a analizar en
detalle:
Renuncia a la multiplicidad: al momento de asumir que algo es una cierta forma,
estás renunciando a ver todas las demás posibilidades en relación a aquello que
analizas. Como mencionamos antes, el mundo es mucho más complejo y dinámico a
como lo podemos analizar. Somos una porción diminuta de todo el mundo, no
tenemos las capacidades ni las actitudes como para que siempre las situaciones
se cumplan a cabalidad según nuestros criterios.
Proclive a la pereza: el hecho de examinar profundamente cada situación es realmente
exhausto y no siempre resulta en algo eficiente, aún mas pensando en nuestra
sociedad actual, la que se mueve por la lógica de producción en masas que se ha
replicado en nuestro diario vivir también. No podemos concluir que la totalidad
de personas entra en esta categoría, ya que sería caer en la tentación de
apoyar justamente esta idea, lo que no dejaría de ser contradictorio, ya que se
busca el efecto contrario, pero sí podemos ver con claridad el hecho de que son
cada vez más el número de personas que actúa portando el nombre de la agilidad
para lograr su cometido, como si todo el mundo se moviera a la misma velocidad
y tiempo. El mundo es una danza de distintos movimientos coordinados que actúan
en armonía, donde esa varianza es la que otorga el brillo que la hace
maravillosa. Examinar nos permite captar esos momentos y acercarnos a una
perspectiva más amplia de lo sucedido.
Reducción de cosas: este punto es muy curioso, ya que nuestra capacidad de analizar nuestro entorno es inmensa, sobretodo cuando la complementamos con nuestra curiosidad por responder nuestras preguntas y experimentar con aquellas variables que nos permiten responder lo que nos preguntamos. No obstante, estas actividades se las reservamos al mundo de la investigación, plasmada en lo científico y lo académico y la respuesta resultante de aquellas acciones, al transportarse al “mundo común” son replicadas sin mayor cuestionamiento, como si esa respuesta fuera inamovible (ver artículo “¿Quién Empuña la Verdad?” para complementar esta idea). Siempre existirá dentro de este vasto mundo posibilidades que nos impiden observar la panorámica completa de cualquier cosa, pero que esta limitante, inherente a nuestra naturaleza, no se convierta en señal de comodidad para siempre dejar todo en manos ajenas.
El aprendizaje y la invitación que se hacen en este y los artículos escritos con anterioridad es justamente a apoyar la idea de que siempre debemos estar informados sobre aquello en lo que nos vamos a interiorizar, teniendo siempre presente de que las limitaciones son como una especie de velo que cubre nuestro acceso a los distintos conocimientos circundantes. De nosotros depende ir destapando estos velos. Una forma de ellas es investigar de primera fuente o comprobando lo que escuchamos o decidimos prestar nuestra atención, ya que el precio es bastante alto cuando decides asumir que sabes algo sin poner a prueba tu sapiencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario