Lo más probable es que alguna vez has escuchado esta
frase “el aleteo de una mariposa puede provocar un tifón en otro lado del
mundo”. Esta frase nos entrega una serie de enseñanzas y no necesariamente una
de ellas es que las mariposas puedan provocar tifones, así que por eso lado
sigamos disfrutando de su belleza cuando las veamos un algún lugar.
Según mi perspectiva, esta frase nos está entregando
una gran importancia como individuos y nos vuelve responsables de nuestras
acciones y hacernos cargo de ellas, sea cual sea el resultado.
En esta oportunidad, es necesario, para cumplir con
más precisión al objetivo de este y los demás artículos, que contemos una
historia cotidiana y vayamos analizando las distintas acciones implicadas para
una mayor comprensión.
Esta historia es ficticia y no guarda ninguna relación
a nadie en particular. Todo parte cuando nuestro protagonista se despierta en la
mañana después de haber descansado lo suficiente y con la suave luz del sol
brillando en su dormitorio. Él ama los días soleados porque le traen recuerdos
de su infancia, la cual fue llena de experiencias positivas. Con esto en
consideración, asumimos que este muchacho está con una disposición positiva
para enfrentar su día, el que podríamos decir que es el aleteo de la mariposa,
porque es la acción que llevará a todas las demás.
Luego de ese despertar, se dispone a arreglarse para
enfrentar un nuevo día laboral y al terminar, se prepara su desayuno favorito,
el cual disfruta con especial júbilo y se siente jovial. Esta parte de la
historia es donde la suave brisa del aleteo, se fue mezclando con las
corrientes de aire alrededor de ella, formándose una corriente un poco más
fuerte, resultado de la sinergia entre energías.
Al salir de su casa y tomar el metro, su actitud es
amable con el personal que trabaja ahí y no toma parte del ajetreo de la
mayoría de los pasajeros, porque su actitud frente a ello es positiva y
disfruta de buena música mientras viaja. En este punto, la corriente se va
haciendo más fuerte y ya ha tomado la suficiente fuerza como para encontrarse
en un punto más alejado del original.
Nuestro chico llega a su trabajo, el cual sabía que sería
arduo, ya que se encuentra en un proceso clave de la empresa y debe estar más
concentrado que nunca en su labor. Sin embargo, algunos de sus compañeros
tienden a sufrir ataques de estrés en esas fechas y se vuelven poco
respetuosos, lo que él se toma con respeto y no deja que interfiera en los
grandes resultados que ha cultivado hasta el momento. Al contrario, siempre que
encuentra la oportunidad, ayuda a sus colegas con algún asunto que les está
dificultando. En relación a nuestra frase, podemos decir que con todas las
interrelaciones que se han formado en su viaje, ya tiene la fuerza de un
pequeño remolino que podemos distinguir.
Nuestro entrañable sujeto termina su pesada jornada de
trabajo con la satisfacción de que pudo aportar a sus compañeros y también a
sus clientes, quienes le manifestaron su alegría de haber sido atendidos por
él, lo cual le da una inyección de motivación adicional para el compromiso al
que irá, el cual es juntarse con una amiga que está pasando por un difícil
momento emocional. Ya vamos observando que todas estas energías van creciendo
exponencialmente y ya tienen la fuerza de un fuerte ventarrón que se formó
gracias a las múltiples corrientes que se fueron reuniendo.
La amiga de nuestro protagonista está pasando por una
ruptura con su pareja, donde sus hijos están en medio del conflicto, y a
quienes ha repercutido de manera negativa, llevando esto a conflictos con sus
pares y donde ha tenido que ir en repetidas ocasiones a conversar sobre esta
situación con la dirección del colegio. Él sabe que, si se deja intimidar o
absorbe estas energías negativas, no podrá ayudar a su amiga de ninguna manera,
además de que atente contra su propio bienestar, por lo que adopta una actitud
positiva, escuchando activamente y dándole tranquilidad a su amiga. En esta
parte, podríamos pensar eventualmente en que esta corriente pudo volverse
destructiva si el joven se hubiera dejado influir por el relato y llevado
consigo ese enojo. En vez de eso, hizo que el tifón formado en ese momento, se
usara como catapulta para actuar de acuerdo a la situación y siendo un aporte
en todo momento.
No siempre podemos resolver los problemas de las
personas, eso es algo que debemos tener siempre en cuenta vez que asumimos una
posición de consejero, ya que nuestra influencia es limitada sobre los hechos
de otros. Sin embargo, no significa que, por estos límites, vayamos por el
mundo en una actitud prepotente, ya que no sabemos lo que esa actitud puede
provocar en un lugar del que ni siquiera tenemos conocimiento.
Por estas razones es necesario mantener en vigilia nuestros pensamientos y acciones, ya que, como lo postula la frase inicial, si nuestro aleteo es una acción negativa, el tifón provocará un desastre de una magnitud desconocida y sin siquiera ser conscientes de esto.
Por último, quiero aclarar que quizás el Efecto Mariposa no va asociado a algo positivo, como la historia relatada. Sin embargo, debemos considerar la flexibilidad de los conocimientos y que estos pueden ser ocupados según nuestras necesidades (esta idea se profundiza en el artículo “El Valor de la Información”).
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